El oro blanco del salar de Uyuni: el tesoro del litio boliviano
Uyuni (Bolivia), 21 jul (dpa)..- De pronto uno parece
estar en China. En medio del mayor salar del mundo, a 3.600 metros de altura en
el Altiplano boliviano, hay un pueblo de contenedores blancos. Dentro, sobre la
mesa giratoria hay fideos chinos, ternera picante, pollo agridulce y col, todo
pensado para que los trabajadores se sientan como en casa.
Los contenedores habitables han llegado desde China y con
ellos también cuatro cocineros. En el comedor hay un karaoke, también una
habitación para jugar al ping-pong y de las paredes cuelgan carteles en chino.
Ji Xinsheng, un hombre amable con modales exquisitos,
recibe a las visitas. “En China solo tenemos un salar, pero allí hay una
demanda enorme de litio y de cloruro de potasio”, explica. El señor Ji vive
desde 2016 en este desierto de sal y dirige para la empresa CAMC la
construcción de una fábrica para la producción de cloruro de potasio como
fertilizante.
A partir de 2018 se producirán aquí 350.000 toneladas al
año. Pero esto es solo el principio, pues la fábrica es la puerta hacia una
materia prima mucho más importante. Y a la que aspiran también muchos otros.
Bajo sus pies se encuentra, además del potasio, un tesoro
al que le han echado el ojo empresas de todo el mundo. El salar de Uyuni es el
más grande del mundo con más de 10.000 kilómetros cuadrados y en él se
encuentra también la mayor reserva de litio del planeta. Sin el litio no sería
posible una revolución mundial de vehículos eléctricos, pues se necesita este
componente para las baterías.
El presidente boliviano, Evo Morales, asegura que “el
litio es el nuevo gas natural”.
Morales, socialista en la retórica y pragmático en lo
político, busca socios internacionales para la explotación, para conseguir el
mismo efecto que con el gas natural, que ha ayudado a Bolivia, uno de los
países más pobres del continente, a convertirse en el del mayor crecimiento económico
de la región.
El precio de la tonelada de carbonato de litio ha subido
de los 2.500 dólares en 2005 a los 13.000 dólares actualmente -desde 2016 casi
se ha duplicado su valor-. Ahora el litio es la mejor apuesta porque se ve
venir el auge de los vehículos eléctricos. Algunos expertos consideran el litio
como una inversión muy lucrativa.
Se estima que en Bolivia hay más de nueve millones de
toneladas del “oro blanco”. El litio también se utiliza para las baterías de
los celulares, en las grandes baterías para el almacenamiento de energía solar
y en tecnología médica.
Por el momento Bolivia no juega ningún papel en su
extracción, el líder mundial es Chile, donde se estima que las reservas
alcanzan los 7,5 millones de toneladas. Pero Morales planea una gran ofensiva
con una inversión de más de 800 millones de dólares para la explotación.
Normalmente no se puede acceder a las instalaciones en el
salar de Uyuni, que están vigiladas por militares. La sustancia rica en materias
primas se encuentra bajo la costra de sal y es dirigida hacia unas enormes
piletas de hasta 30 hectáreas en las que el agua se evapora al aire libre y se
filtran el litio y el cloruro de potasio.
Desde 2008 hay aquí una pequeña planta piloto en la que se
producen cinco toneladas de carbonato de litio al mes, mediante un proceso
complicado y de varias fases.
Los trabajadores con trajes protectores blancos llenan
sacos con el “oro blanco” con una pureza del 99 por ciento. Hay también un
laboratorio en el que un equipo de químicos analiza y controla la calidad.
Las comunidades indígenas cercanas temen que se produzcan
daños ambientales irreparables, sobre todo por las enormes piletas para el
filtrado de las materias primas.
“El litio es un elemento estratégico para nuestro
desarrollo y para el mundo”, dice por el contrario el director político del
programa del litio, Juan Carlos Montenegro, que estudió mineralogía en
Heidelberg, Alemania.
Montenegro destaca que solo el 0,4 por ciento del salar
será explotado industrialmente en una primera fase, es decir, unos 40
kilómetros cuadrados.
En Uyuni hay hoteles que se llaman “Oro blanco” y es que
hasta ahora el salar es la mayor atracción turística del país, con sus reflejos
de luz surrealistas, sus lagunas turquesas, verdes y rojas, sus islas de cactus
y sus extrañas formaciones rocosas. Muchas personas tienen la sensación de no
estar bien informadas porque nadie sabe exactamente lo que están haciendo en la
zona de acceso restringido.
La obra de Ji forma parte del complejo para la extracción
del litio y del potasio. La planta de litio que se construirá al lado ha sido
proyectada por la empresa alemana K-Utec.
Los contratos se firmaron en 2015 en presencia de Morales
en Uyuni. Según el presidente de K-Utec, Heiner Marx, el contrato tiene un
volumen de 4,5 millones de euros para la planificación de la planta con la que
se producirán 30.000 toneladas de carbonato de litio al año.
Además de los chinos, el Gobierno de la canciller
alemana, Angela Merkel, también está tratando de cortejar a los bolivianos,
puesto que quien tenga acceso a la construcción y se haga con parte de la
empresa tendrá un pie dentro de uno de los mercados del futuro.
Morales también quiere construir en Potosi, cerca del
salar, una enorme fábrica de baterías para las empresas automotrices. Empresas
chinas, canadienses y alemanas compiten por la fábrica, pero los bolivianos se
quedarán con al menos el 50 por ciento.
Hasta 26 firmas -de China, Rusia, Finlandia, Alemania,
España y México- se han presentado para la construcción de la fábrica de litio.
Pero Montenegro destaca también la importancia de la planta de potasio que está
construyendo Ji.
“Solamente Brasil necesita siete millones de toneladas de
fertilizante al año para las plantaciones de soja”, explica.
La región de Chile, Bolivia y Argentina, con el 85 por
ciento de las reservas de litio, ya es considerada la nueva “Arabia Saudí”.
Pero Jaime Alée, director del programa de litio de la Universidad de Chile,
advirtió de una posible burbuja en una entrevista para el portal “emol.com”.
“Se estima que la reserva mundial se sitúa en los 40
millones de toneladas”, dijo. Pero en las baterías se utilizan solo pequeñas
cantidades de carbonato de litio.
Sin embargo, en Bolivia creen que los precios seguirán
subiendo, por lo que en abril se fundó la empresa nacional Yacimientos del
Litio Boliviano (YLB), que dará trabajo a 1.000 ciudadanos de este país que
cuenta con 22 salares.
Montenegro está presente en el encuentro con los chinos y
se nota lo orgulloso que está de que por fin empiece a ponerse el proyecto en
marcha y de que los bolivianos tomen las riendas.
Los españoles explotaron sin reparos las minas de plata
de Potosi en la época colonial. Según la leyenda, se podría construir un puente
hasta España con la plata extraída -y otro de vuelta con los huesos de los
indígenas fallecidos-. Ese es el mayor trauma nacional. Pero con el “oro
blanco” esperan que la historia sea muy diferente.
“Los chinos son nuestros socios”, apunta Montenegro. Ji
Xinsheng, que está a su lado mirando la fábrica en construcción en medio de
este mar blanco, sonríe amablemente. “Le regalaremos a nuestros amigos
bolivianos el pueblo de contenedores cuanto terminemos”, dice.
Uno puede apreciar que se trata de algo más que de una
fábrica de fertilizante. En China sería un sueño tener un tesoro como el del
salar de Uyuni. Y ahora ya tienen un pie dentro.
El oro blanco del salar de Uyuni: el tesoro del litio boliviano
Reviewed by Fabian
on
2:59:00 p.m.
Rating:
Reviewed by Fabian
on
2:59:00 p.m.
Rating:

