Lorena apoyaba a niña de hogar; su familia la busca

Entre las tantas facetas de la joven que perdió la vida en el tiroteo en Eurochronos, destaca también la solidaridad y su deseo de ayudar a otros

“Mi hija era madrina de una niña que vive en un hogar. No sabemos cuál es, pero la buscaremos y queremos seguir ayudándola. Pretendemos seguir con sus asuntos pendientes y sus proyectos”, señaló Roxana Torrico, madre de Ana Lorena Tórrez, sobre la faceta solidaria de su hija.

El asunto es que la familia de la joven no conoce detalles, como el nombre de la menor y el hogar en el que está, aunque esperan averiguarlo cuando revisen las tres computadoras de Ana Lorena, lo cual harán con un técnico para poder acceder a las máquinas, pues no tienen las claves.

“La niña debe tener unos ocho o nueve años. Yo la conocí una vez, cuando Ana Lorena me la trajo por unas horas porque ella debía resolver unos asuntos en su trabajo. La niña estaba cumpliendo cinco años y la llevé a comprarse una muñeca de Dora la exploradora. Luego, mi hija la llevó a pasear para agasajarla”, contó Torrico.

Eduardo Tórrez, hermano de Ana Lorena, señaló que lo que buscan es seguir ayudando a la niña a la cual la joven pasaba una pensión, porque así lo hubiese querido ella.

Él recuerda que su hermana le comentaba que le gustaba llevar a pasear a la niña y a los hermanos con los que convivía en el hogar.

Pensaba en adoptarla

Por otra parte, la madre de la víctima del tiroteo en Eurochronos, señaló que Ana Lorena le había comentado su deseo de analizar la posibilidad de adoptar a la niña. 

“Su compromiso con su ahijada era tal que llegó a buscar a los padres y los encontró. Fue hasta Chapare para conocer a la madre biológica de la niña y para decirle que ella siempre la cuidaría”, dijo Torrico.

“Estaba metida en todo” La familia de la joven sabe que tenía muchos proyectos, como apoyar a mujeres de baja formación para que accedan a microcréditos y una aplicación para que los jóvenes de Santa Cruz sepan elaborar correctamente sus hojas de vida y prepararse para sus entrevistas de trabajo.

“Ella estaba metida en todo”, dice la madre de la joven, mientras que su hermano la recuerda como una mujer “inspiradora”, que demostraba que valía la pena arriesgarse para obtener lo que uno quiere.

El Deber / Fernando Soria Sejas