Evo se queja de los “reveceros”, “son capaces de besarme pero después serrucho por detrás”

Evo dice que algunas autoridades malacostumbradas al constante aumento presupuestario ahora son 'reveceras'

“Algunos alcaldes, alcaldesas, son capaces de besarme cada día, pero después serrucho por detrás”, cuestionó el presidente Evo Morales en un acto en la ciudad de Cochabamba.

Algunas autoridades locales se "han acostumbrado mal" al permanente incremento presupuestario producto de la alta cotización del petróleo y ahora que las cosas cambiaron son "reveceros", cuestionó la mañana de este viernes el presidente Evo Morales.

“Algunos alcaldes, alcaldesas, son capaces de besarme cada día, pero después serrucho por detrás”, aseveró.

El Jefe de Estado hizo esas afirmaciones en Cochabamba, durante un acto en el que recibió proyectos para financiar con recursos del nuevo Fondo Indígena, que también se nutre con aporte del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH).

“El incremento de presupuesto permanente nos ha acostumbrado mal, cada año más plata…claro no todos los años van a ser bien, siempre hay problemas, eso hay en la familia, en la región. Hay que enfrentar esa situación (de baja cotización); sin embargo, al margen de esas pequeñas demandas, problemas, tampoco faltan algunos compañeros reveceros”, sostuvo.

La baja cotización internacional del petróleo causó que disminuyan los ingresos a pesar del incremento de la producción de gas. El efecto fue directo en gobernaciones, alcaldías y universidades públicas que reciben ingresos por el IDH.

“Algunos compañeros, con doble discurso, algunos alcaldes y alcaldesas, son capaces de besarme cada día pero después serrucho por detrás. Yo no comparto eso, en mi experiencia es mejor ser sincero y directo, no revecero, eso me ayuda bastante para ser Presidente, transparente y honesto, expresar lo que sentimos”, dijo en el acto que fue transmitido por los medio estatales.

También criticó a la oposición por sus constantes cuestionamientos a las diferentes actividades que realiza, como el hecho de jugar fútbol. (08/09/2017)

La Razón / Carlos Corz

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