Galindo aclara que no pretende atacar a Zapata sino denunciar los privilegios en los penales que a su criterio son indignantes frente a la lucha contra la corrupción.
La activista de Mujeres
Creando, María Galindo, replicó hoy en su columna de opinión "Desde la
acera de enfrente", que se publica semanalmente en Página Siete, la
conversación telefónica que tuvo con una de las reclusas del penal de
Miraflores, donde se encuentra recluída la expareja del presidente Evo Morales,
Gabriela Zapata. La plática denuncia los privilegios de los que supuestamente
goza Zapata en relación con sus compañeras de reclusión. Asimismo, hace mención
a la "grave" situación de las detenidas en ese penal, entre otras
causas por la mala remuneración de los trabajos que realizan (especialmente
lavado y planchado de ropa), la falta de oportunidades de educación y la
"inoperancia” de la Defensoría del Pueblo para que se conozca la situación
en que viven.
Según el artículo titulado
"Gabriela Zapata, privilegios”, una de las reas se comunicó con Galindo al
programa "La Loca Mañana”, que se emite en Radio Deseo, para informar que
sólo disponen de cinco duchas para 80 personas en la cárcel y que sólo disponen
de ellas por cinco minutos.
La rea, de la que no se
menciona su nombre, indicó que Zapata nunca ha sido vista en la duchas, no come
junto a las demás presas ni duerme en las celdas, y que se presume que vive en
dependencias especiales, junto con la parte administrativa de la cárcel.
También mencionó que no realiza ningún oficio y paga por que otras los realicen
en su lugar.
"Ella no realiza las
labores del penal como limpiar el baño o barrer el patio, sino que paga a otras
reclusas para cumplir estas funciones, sólo se la observa durante el llamado de
lista en las mañanas”, relató la rea.
La autora de la columna, María
Galindo, aclara que no pretende atacar a Gabriela Zapata sino denunciar los
privilegios en los penales que a su criterio son indignantes frente a la lucha
contra la corrupción por parte del Gobierno.
Denuncia, además, sobre la
ausencia del Defensor del Pueblo y de las autoridades de Defensa Pública en la
cárcel para ver estos temas.
Página Siete