
La ex consorte de Evo Morales, Gabriela Zapata, afirmó en una audiencia pública que su patrimonio (711.000 dólares confirmados hasta el momento) se originó en sus “relaciones sentimentales”, lo que abre múltiples interrogantes.
¿Hay
que entender por tales solamente a sus vínculos declarados con juristas
bolivianos y gerentes chinos, o las lucrativas “relaciones sentimentales”
incluyen la sostenida durante largo tiempo con el presidente, en cuyo caso
tendríamos una confesión sobre el tráfico de influencias multimillonario?
El
periodista Carlos Valverde ha preguntado “si Zapata era prostituta, por qué
hacía entregas a nombre del gobierno”, cuestionando también “qué hacía hasta
las diez de la noche en las oficinas de Gestión Social, que es el espacio de la
primera dama. No me van a decir que ella ejercía la prostitución en ese lugar”.
Lo
cierto es que las últimas declaraciones de “Madame MAS” pueden ser parte de un
proceso de auto-denigración exigido en las negociaciones con el poder como
parte de un próximo acuerdo exculpatorio, pero paradójicamente arrojan, al mismo
tiempo, luces sobre el tipo de relación que habría sostenido con el máximo
exponente del “Estado Plurinacional” y algunos de sus allegados…
Eju.tv