Cochabamba. Familias se ganan la vida en “avenida de la muerte”



A LA CARRERA. VÍCTOR POZO DEBE CORRER EN MEDIO DE LOS AUTOS PARA VENDER SUS TOSTADOS. SE ENCUENTRA TODOS LOS DÍAS A LA ALTURA DEL KILÓMETRO 5.

William, de apenas tres meses de edad, debe permanecer durante todo el día apostado en su coche en medio de los autos en la avenida Blanco Galindo esperando que sus papás se ganen la vida.
La jornada de Iván y Margarita comienza muy temprano, mientras su pequeño se expone al constante peligro en su “fuente de trabajo”, a la altura del kilómetro cinco y medio. Debe enfrentar a conductores imprudentes que pueden chocar su cochecito, y a otros trabajadores que pelean por el lugar. Ésta última amenaza ya provocó que cayera y se golpeara la cabeza. Un hematoma es prueba de aquella pelea feroz que tuvieron sus padres, que limpian parabrisas con otro.
La también llamada “carretera de la muerte” no les da miedo. Su mayor preocupación es no reunir el dinero suficiente para sobrevivir su día a día y volver a quedarse en la calle.



A diario se producen accidentes. Solo en 2015 se registraron más de 300 hechos con al menos un centenar de fallecidos.
Según contaron a OPINIÓN, “su trabajo” les genera un ingreso diario, en promedio, de 80 bolivianos a ambos. Su plan es reunir lo suficiente para “darle lo mejor” a su hijo.
Así como ellos, hay otros trabajadores a lo largo de la vía, donde aprovechan los semáforos para trabajar. Son jóvenes, ancianos, mujeres, niños y personas con discapacidad que lidian con las personas que están al volante. Además de limpiar los parabrisas, hacen malabares y hay quienes venden dulces, gelatinas, refrescos, tostados y todo lo que pueda ayudar, principalmente a los transportistas, a sobrellevar su jornada. La avenida, que va hasta Colcapirhua, Quillacollo, Vinto y Sipe Sipe, es parte de la carretera interdepartamental que une a Cochabamba con Oruro y La Paz. Cruzan en medio de los autos, esquivando motos, bicicletas y transeúntes para ofrecer sus servicios y productos en pocos segundos.
Las jardineras centrales les sirven de protección mientras esperan. Ahí están los bloques de cemento, apachetas y cruces con nombres de víctimas de accidentes.
Permanecen por varias horas en estos lugares. Víctor Pozo trabaja más de 30 años vendiendo habas en este lugar. Llegó del norte de Potosí y está muy contento con lo que hace. Antes trabajaba como transportista y después en un centro médico. Su único temor es ser víctima de algún accidente.

2 Accidentes
Hasta el año pasado, dos de cada diez accidentes en Cochabamba ocurrían en la avenida Blanco Galindo. En la mayoría de los casos se debe a las fallas de los conductores que infringen las señalizaciones y circulan con exceso de velocidad. Uno de los últimos hechos relevantes fue la muerte de dos personas con discapacidad que fueron embestidas por un vehículo a la altura del kilómetro 3, cerca del Viaducto, durante una vigilia de este grupo exigiendo un bono.

CERCA DE LA MUERTE. CERCA DE UNA CRUZ EN LA AVENIDA BLANCO GALINDO, UNA VENDEDORA DE GELATINAS OFRECE SU PRODUCTO A LOS TRANSPORTISTAS. 

Opinion DICO SOLÍS FOTOS Y TEXTOS


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