Amplio, cómodo y lujoso, así es el nuevo Ministerio de Economía de Bolivia

El despacho del ministro Arce, ubicado en lo alto de la infraestructura, cuenta con sillones de cuero, una amplia mesa de reuniones y un jardín con fuente

Muebles, alfombras y acabados de lujo, oficinas cómodas e iluminadas, espacios amplios y funcionales tiene el palacio del Ministerio de Economía, inaugurado la noche del martes por el ministro Luis Arce Catacora y el presidente del Estado,  Evo Morales.

La estructura de 21 pisos, diseñada por el reconocido arquitecto Juan Carlos Calderón, luce imponente desde la calle. El edificio ocupa la esquina de la avenida Mariscal Santa Cruz y la calle Loayza, y contrasta con otros inmuebles  de menor altura y presencia.

El edificio costó 104,3 millones de bolivianos y tiene una extensión de 18.574 metros cuadrados, distribuidos en 21 pisos, además de parqueos, cafetería y  consultorio médico.

En el despacho principal  no se escatimaron gastos en  pisos y muebles de madera fina y sillones de cuero. Una iluminación cálida y un jardín adornan  el espacio que ocupa actualmente el ministro Luis Arce.

El despacho del Ministro, ubicado en lo alto,  está iluminado desde el piso: hay una fuente y varias especies de plantas que contrastan con la estructura de hormigón y vidrio.

Los pisos se encuentran cubiertos de madera dura, sin embargo, en algunos ambientes, las alfombras amortiguan los pasos, que se hunden con suavidad en ellas.

Los espacios comunes están bien organizados entre los pisos. El inmueble cuenta con 15 salas de reuniones, además un amplio auditorio para un centenar de personas y una sala de prensa completamente equipada con computadoras y equipos de audio para las conferencias de prensa que se llevarán a cabo en el lugar.

En su interior, las amplias oficinas en las que más de 600 funcionarios desarrollan sus labores, se encuentran equipadas con un mobiliario modesto, pero de calidad.

El año pasado surgieron críticas sobre los gastos en mobiliario y equipamiento de este  ministerio, que ascendían a 9,4 millones de bolivianos.

Página Siete / Manuel Filomeno