David José Vallenilla, de 22 años de edad, fue asesinado
por un militar que disparó a poca distancia desde la base aérea La Carlota,
como lo demuestran videos grabados en el momento.
A las 4:30 pm, el joven resultó herido en la parte
izquierda del tórax por un proyectil disparado a quemarropa que “le destrozó el
corazón”, señaló el diputado José Manuel Olivares. Horas antes, el
parlamentario fue impactado por una bomba lacrimógena en el brazo derecho que
le ocasionó quemaduras y fractura de un dedo. Es la tercera vez que resulta
herido.
Vallenilla trató de alejarse en busca de ayuda, pero a
los pocos segundos, cayó. Fue auxiliado por paramédicos de la Cruz Verde, que
lo llevaron a la Clínica El Ávila, donde falleció.
El Ministerio Público confirmó el fallecimiento del joven
y designó al fiscal 126° del área metropolitana de Caracas para investigar el
suceso. Es la segunda víctima de la represión esta semana y la 75 en casi 3
meses de protestas; oriundo de Ocumare del Tuy, era técnico superior
universitario en enfermería.
A las 6:30 pm, en la autopista Francisco Fajardo,
continuaban los enfrentamientos. Mientras la GNB disparaba lacrimógenas, agua a
presión y perdigones, los jóvenes respondían devolviendo las bombas.
A las 6:40 pm llegaron a la clínica dos tíos de
Vallenilla. Contaron que vieron el ataque a su sobrino en transmisiones en vivo
en Internet. “¿Está vivo?”, fue lo primero que preguntaron.
Sus padres viven en Cúa y no pudieron llegar a la clínica
antes de que la Unidad Criminalística contra Vulneración de Derechos
Fundamentales del Ministerio Público retirara el cuerpo del centro médico.
Previamente, la furgoneta del Eje de Homicidios del Cicpc había llegado al
lugar para hacerlo, pero se marchó al llegar la comisión de la Fiscalía.
“Cuando el cuerpo llegó a la Morgue de Bello Monte no
dejaron entrar a los fiscales ni a los expertos de la unidad criminalística. De
manera extraña e irregular lo asumió un fiscal militar”, afirmó una fuente de
manera extraoficial.
El defensor del pueblo, Tarek William Saab, dijo que se
trató de “un vil asesinato” e informó que funcionarios de su despacho investigarán
el caso.
Henrique Capriles, gobernador de Miranda, responsabilizó
al gobierno de las agresiones contra
manifestantes. “Cumplen tus órdenes al pie de la letra, Nicolás Maduro.
Hoy le dijo a la prensa internacional que sus esbirros usan agua y
lacrimógena”, escribió en Twitter.
El diputado Juan Andrés Mejía pidió al ministro de
Relaciones Interiores, Néstor Reverol, que deje de politizar la muerte de un
joven que protesta y acusar a la oposición de atrocidades que comete la GNB.
Hasta las 9:30 pm se manejaba que el autor del asesinato
había sido un guardia nacional. Sin embargo, a esa hora, Reverol informó en
Twitter que el responsable había sido un sargento del grupo de Policía Aérea
que custodia La Carlota, que “está siendo sometido a los procesos de ley para
la aplicación de la justicia”.
Aseguró que el militar “empleó un arma no autorizada para
repeler el ataque” e indicó que en el hecho resultaron heridos otros dos
efectivos “por causa de los explosivos lanzados contra la base”.
“Estos funcionarios se encuentran en cuadro delicado.
Ellos se suman a otros efectivos que enfrentan secuelas por ataques
anteriores”, escribió.
Afirmó que los “ataques incluyeron disparos y bombas
incendiarias contra la Escuela primaria ubicada en su interior, con niños
dentro”.
Cuatro horas antes había dicho en la red social que “el
recurrente asedio a la base militar La Carlota produjo hoy lamentable deceso de
uno de los participantes en el hecho”.
En otro mensaje indicó: “El gobierno bolivariano insta a
la MUD a desactivar ya a grupos violentos que promueven muerte y destrucción”.
También escribió: “La conspiración de la derecha violenta
contra Venezuela se nutre de sangre innecesariamente derramada por
venezolanos”. “Basta ya de violencia fascista”.
Llegaron. Más temprano, la oposición intentó llegar al
Ministerio Público, en el centro de Caracas, pero solo unos pocos pudieron
hacerlo. “Llegamos, sin miedo y sin vuelta atrás”, expresó un manifestante
frente a la sede de la Fiscalía en Parque Carabobo, municipio Libertador. Por
dos horas los vecinos de Santa Mónica y La Candelaria se mantuvieron en
protesta pacífica en el lugar.
Previamente, la manifestación en Santa Mónica fue
dispersada. “La GNB nos dio un plazo para retirarnos antes de reprimir”, contó
un participante. Algunos decidieron dirigirse a la Fiscalía en camionetas y
carros particulares. El primer grupo llegó a las 11:00 am. Caminaron desde Parque
Caracas hasta Parque Carabobo, donde se encontraban la GNB y la PNB. Luego se
unieron transeúntes y manifestantes de otras partes de Caracas.
Un fiscal los recibió y les aseguró que haría llegar su
mensaje a la fiscal general, Luisa Ortega Díaz. La marcha era en rechazo al
antejuicio de mérito contra la funcionaria. Después de mediodía, la GNB
desplegó dos piquetes en las esquinas del sector. Luego llegaron refuerzos
cuando la cantidad de manifestantes aumentó.
“El pueblo de La Candelaria decidió salir, sin miedo y
sin vuelta atrás. Libertador quiere cambio. El 6 de diciembre quisimos un
cambio democrático y eso no va a ser negociado con nadie”, expresó un vecino,
acompañado por concejales del Cabildo Metropolitano y del municipio Libertador.
A la 1:30 pm, ciudadanos debieron retirarse del lugar
porque a los tres contingentes de la GNB se sumaron motorizados de la PNB
mostrando sus armas. El concejal José Gregorio Caribas alertó sobre la
presencia de grupos armados y pidió a los manifestantes que se fueran.
A las 4:30 pm, diputados acudieron al Ministerio Público
para entregar un voto de censura que el Parlamento aprobó contra el ministro
Reverol por la represión de los cuerpos de seguridad durante la oleada de
protestas en el país.
En Altamira, la concentración comenzó a las 10:00 am. Las
personas se fueron sumando y a la 1:30 pm cientos de venezolanos tomaron la
avenida Francisco de Miranda. En ese momento, quienes se concentraron en Bello
Monte caminaron a Chacaíto.
