En Palmasola, Reynaldo vivió en pasillos y de la ayuda de presos
Pagó dos años y medio una condena que no le correspondía,
no tenía dinero para comer ni para tener una habitación en la cárcel. Hizo
amigos y ahora está libre.
Lejos de su familia por ahora, pero con la esperanza de
verla en los siguientes días, Reynaldo Ramírez, el joven de 27 años que fue
condenado por un crimen que no cometió, recuerda con amargura los dos años y medio que estuvo en la cárcel,
en los que vivió de la ayuda de los otros presos y durmió en pasillos por falta
de dinero.
"Me siento más tranquilo, estoy feliz de haber
salido libre porque estar en la cárcel es un martirio. Voy a estar al lado de
mi familia, con mi hermana”, dice Reynaldo, quien junto a su abogado, Óscar Auza, visitaron
ayer la Fiscalía y la FELCC en la ciudad de Santa Cruz.
El joven
cochabambino salió del penal de Palmasola la madrugada de ayer, después de
haber estado dos años y medio purgando una sentencia de 30 años por el
feminicidio de Verónica Menacho, cuyo autor confeso, Moisés Bascopé, fue
detenido recién este fin de semana.
Reynaldo cuenta que cuando ingresó a la cárcel cayó en
una depresión profunda, no tenía a quién acudir en la cárcel. Se la pasaba en
el patio día y noche, porque estaba en el PC4, un pabellón de régimen abierto.
No tenía dinero para pagar una habitación dentro del
penal, por lo que tuvo que dormir en los pasillos y en catres comunes.
Pero con el tiempo
conoció a otros presos que le prestaron ayuda, tanto económica como emocional.
"No podía ni comprar algo para poder comer, para el día. Los otros
(reclusos) me han ayudado mucho”, recuerda.
No obstante, los primeros meses tuvo algunos problemas
con los internos que hacen de seguridad dentro de la cárcel. "Nada grave,
con el tiempo me han aconsejado, me han ayudado también”, asegura.
Nunca conoció a la víctima
Reynaldo se cansó de repetir en las últimas horas que
nunca conoció a Menacho, no sabía quién era hasta el día que lo detuvieron. No
había ningún vínculo que los una, pero nadie creyó en él.
El abogado Auza explica que el fiscal Marcelo Delgadillo
fue quien tomó el caso desde que ocurrió el crimen, él fue quien alimentó el
proceso con "pruebas” hasta que un tribunal lo halló culpable. La única
prueba era el parecido físico con el verdadero feminicida.
Durante el proceso penal la Policía alertó en dos
ocasiones que Reynaldo no juntaba los parámetros para ser el responsable del
crimen. El encargado de la investigación, Cristian Sánchez, presentó dos
informes antes de la sentencia, pero ni la Fiscalía ni el juez les dieron
importancia.
Ayer, el joven y
su abogado fueron a la Fiscalía de Distrito de Santa Cruz para dejar en claro
que no tienen ningún reparo con la entidad. "Fuimos para hablar con el
fiscal Freddy Larrea, para hacerle conocer nuestra preocupación por el trabajo
que hizo el fiscal a cargo de la investigación, no estamos en contra de la
institución”, afirma Auza.
Larrea lamentó lo sucedido y pidió disculpas a Reynaldo.
Anunció que se iniciará una investigación y análisis del caso.
Al mediodía, los policías
de la FELCC de la capital cruceña recibieron al joven que llegó para agradecer el trabajo que se hizo para
comprobar que él no tenía nada que ver en el crimen.
"Estoy muy agradecido con la Policía, si no hubieran
presentado las pruebas, ahorita seguiría preso, seguiría destruido”, dice
Reynaldo.
Lo único que quiere Reynaldo es regresar a Cochabamba,
ver de nuevo a su madre y a su familia y comenzar de cero. Él trabajaba como
cerrajero antes de ser detenido, ahora quiere hacer lo mismo, pero en su
ciudad, cerca de los suyos.
Quiere dejar atrás
los malos momentos vividos en la cárcel, quiere dejar atrás el sufrimiento y
comenzar a vivir con esperanza, aunque por dentro permanecerá la impotencia de
no haber podido hacer nada frente al tribunal que lo condenó.
"Quiero ver a
mi mamá, ella ya está tranquila, me ha apoyado siempre, desde que entré a la
cárcel, no podía venir porque el pasaje era caro, ahora le daré todo a ella”,
asegura Reynaldo.
En espera de una apelación
La declaratoria de inocencia de Reynaldo Ramírez deberá
esperar, pues se debe definir en una audiencia de apelación.
Óscar Auza, el abogado del joven de 27 años, explicó que
todavía su cliente no fue absuelto de culpa, sino que lo que se hizo es revocar
la detención que cumplía en el penal de Palmasola.
Un tribunal deberá definir si Reynaldo es inocente en la
audiencia de apelación que presentó su defensa cuando se definió encarcelar al
joven.
En adelante, prevén presentar una demanda nacional e
internacional para que haya un resarcimiento, aunque no tienen detalles.
Pagina
Siete / Daniela Romero
En Palmasola, Reynaldo vivió en pasillos y de la ayuda de presos
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