Sicarios matan a tiros a peruano y hieren a la dueña de una tienda
Se presume un ajuste de cuentas relacionado con droga. La
geopolítica del crimen en Sudamérica cambió desde la muerte de Jorge Rafaat en
Paraguay en 2016 y las bandas se mudaron a la frontera, según una autoridad
brasileña
Eran las 11:00 del domingo en la calle Misioneros
Mariknoll, del barrio Paraíso de Cobija (Pando), cuando aparecieron dos individuos
a bordo de una motocicleta de baja cilindrada, y abrieron fuego contra la
humanidad de Demetri Mamani Curha, de 30 años, quien se encontraba realizando
compras en la tienda de Justina Julia Fernández (boliviana), propietaria del
negocio, que resultó herida en el tiroteo, según fuentes oficiales.
Ambos sicarios, posiblemente brasileños, abandonaron el
lugar ante los gritos de la dueña de la tienda en la motocicleta tipo Bizz
(para mujer), mientras que Demetri Mamani quedó tendido agonizando de espaldas,
con un chorro de sangre que le sopaba el vientre y la polera color plomo que
llevaba puesta.
El hilo de sangre empezaba en el lado izquierdo del
pecho, por lo que se supone que uno de los proyectiles le perforó órganos
internos vitales. Los policías y personal de Bomberos llegaron minutos después
al sitio y trasladaron a la mujer y al hombre en una ambulancia al hospital
Roberto Galindo Terán, de la ciudad de Cobija.
El ciudadano peruano ingresó en estado crítico al
nosocomio y falleció poco después. En tanto que Justina Julia Fernández se
encuentra estable, informó el comandante de la Policía de Pando, coronel
Octavio Gutiérrez.
Negocio
ilícito
A decir del comandante de la fuerza del orden, el
peruano, con DNI 44207556, había ingresado a territorio boliviano hace una
semana, aparentemente para cerrar una transacción de cocaína, puesto que, en la
pesquisa preliminar, los investigadores hallaron mensajes y fotos en el
WhatsApp referidos a este asunto.
En un audio, alguien le pregunta su ubicación (a Demetri),
y este le dice: “estoy por el barrio Paraíso, donde el patita (amigo) de
anoche”. Ese fue el último mensaje del peruano antes de morir. El celular tenía
fotos de nueve paquetes envueltos en cinta adhesiva, al parecer, de cocaína.
Gutiérrez no descarta que el hecho de sangre se trate de
un volteo de droga, muy común en este tipo de negocios en la frontera boliviana
con Brasil y Perú, donde las organizaciones criminales del gigante
sudamericano, como el Primer Comando Capital, el Comando Vermelho y otras
bandas de menor fuste, han echado raíces en su afán por tomar el control del
narcotráfico.
Episodio
que cambió todo
Emyilson Farias, secretario de Seguridad Pública del
estado de Acre (Brasil), manifestó que el asesinato del narco brasileño Jorge
Rafaat Toumani, en la ciudad paraguaya de Pedro Juan Caballero en 2016, marcó
un giro histórico en la geopolítica del crimen en Sudamérica, lo cual afectó a
varios países limítrofes en materia de inseguridad.
A decir de Farias, el narcotraficante Fernandiño Beira
Mar, que surtía de droga a las mafias brasileñas, incluido el PCC, cayó preso y
el negocio quedó en manos de Jorge Rafaat, el cual anunció el aumento del
precio de la cocaína y de las armas ilegales, osadía que pagó con su vida.
Las facciones del PCC y Comando Vermelho,
tradicionalmente rivales, se unieron para acabar con Rafat, que en junio del
año pasado fue emboscado por una banda de sicarios que destruyó su vehículo
blindado con él dentro, con ametralladoras punto 50, armas capaces de derribar
aviones y tanques de guerra.
“Después de ese episodio, el mapa geopolítico del crimen
fue alterado, porque las facciones criminales de San Pablo y Río de Janeiro se
desplazaron a la Amazonia por el control de las drogas; disputaron el poder a
grupos como La familia del norte y generaron mucha violencia en Perú, Bolivia y
Brasil. Hace 20 años, Brasil estaba 142º en la lista de los países consumidores
de drogas; ahora es el segundo, después de Estados Unidos”, aseguró Farias.
El Deber
/ Berthy
Vaca Justiniano
Sicarios matan a tiros a peruano y hieren a la dueña de una tienda
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7:20:00 a.m.
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