Al penal de máxima seguridad, Pari llegó “paradito” y “asustado”
No es fácil hablar con Juan Franz Pari Mamani en el penal
de máxima seguridad de Chonchocoro ubicado en pleno altiplano de La Paz y
rodeado de dos muros.
"Nadie se ha escapado nunca de aquí. Una vez un preso
lo intentó pero le dispararon en el pie. Hay harto control y como son dos
muros”, dice Pedro, un chofer de minibús que presta el servicio de transporte
desde la carretera a Viacha hasta el centro penitenciario de máxima seguridad.
Cobra 3,5 bolivianos.
Después de un viaje de una hora desde La Ceja de El Alto,
por la carretera a Viacha, a la altura de Viliroco, se debe tomar el servicio
de minibuses y trufis que, en 15 minutos, ingresan hasta la puerta principal
del recinto penitenciario.
Las medidas de control son muy estrictas. Primero, la
verificación de que lo que se ingresa al penal para los presos sea solamente
alimentos y en una cantidad controlada. Por ejemplo, si se quiere meter papaya,
sólo se puede una tajada. ¿Uvas? Cinco unidades ¿Plátanos? Sólo tres...
Después de está constatación, que se hace al ingreso del
penal, viene la toma de datos personales del visitante y del interno que será
visitado. En el caso de Pari sólo se puede tener una entrevista de 15 minutos
con él, como visita de familiar o conocido. Los guardias anuncian por teléfono
a su custodio que tiene una visita.
Después de unos 15 minutos que toma la primera parte del
control en Chonchocoro, viene una
revisión completa al visitante. El objetivo es confirmar que no ingrese ningún
objeto oculto en el cuerpo, lo que implica quitarse los zapatos, las medias y
"bajarse” la ropa interior.
Como no se encontró nada, la visita a Pari puede
proseguir.
Unos segundos, que parecen eternos, pasan hasta que un
policía se acerca para preguntar quién busca a Juan Franz. Con la mirada indica
que se puede seguir al "Pasillo”, donde el exjefe de operaciones del Banco
Unión está recluido.
El lugar es una construcción antigua de un solo piso, que
en la parte de adelante contempla una sala con piso de cemento y unos bancos.
Otro policía se acerca y vuelve a
preguntar quién busca a Pari. Tras la respuesta mira hacia un hombre joven, que
asienta la cabeza en señal de que acepta
la visita. Es Juan Franz Pari, vestido
con un deportivo azul y con unas sandalias, sin medias.
"Estoy tranquilo”, dice, cuando se le pregunta cómo
se siente en el penal. "Me ayudaron mucho aquí. Al principio creían que
tenía mucha plata, pero no es así”, añade.
Lo que se cuenta dentro el penal es que Juan Franz llegó
"paradito” y "muy asustado”, y algunos internos se solidarizaron con
él, hasta le prestaron una radio para que se "distraiga”.
Llegó hace tres semanas, se le asignó un custodio
(policía) y está instalado en el "Pasillo”, donde sólo puede recibir
"entrevistas” de 15 minutos, bajo
la mirada de los policías que están en el sitio y que parecen estar contando
los segundos.
Los 15 minutos
pasan y la "entrevista” con Juan Pari. En seguida los uniformados
se lo comunican al detenido, que agradece por la información y se despide para
volver a su recinto.
Al salir del penal de máxima seguridad de Chonchocoro,
plantado en medio de una gran planicie árida del altiplano, lo único que viene
a la mente es que en el lugar el tiempo no pasa, parece eterno.
Al penal de máxima seguridad, Pari llegó “paradito” y “asustado”
Reviewed by Fabian
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6:59:00 a.m.
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