Tras asumirse Evo como candidato, Mesa dice que no quiere postularse

Es la primera vez que el expresidente se pronuncia, después de que el TCP emitió un fallo a favor de la repostulación. Para Paz Zamora, no es momento de candidaturas

Todo lo contrario a la posición del presidente Evo Morales, que el jueves confirmó su intención de buscar una tercera reelección consecutiva, el presidente Carlos Mesa anunció que “ni es ni quiere ser candidato a la Presidencia de Bolivia (en 2019)”. La versión surgió cuatro días después de que el Tribunal Constitucional Plurinacional planteara dejar de lado cuatro artículos de la Constitución y cinco de la Ley del Régimen Electoral, posibilitando así la repostulación del jefe de Estado y de todas las autoridades elegidas por el voto popular.

Mesa, que se desempeña como vocero de la causa marítima, dice que no está en carrera por llegar a Palacio Quemado a pesar de que figura en las encuestas, desde agosto del año pasado, como el principal adversario electoral de Morales. Según el último estudio de opinión, publicado el 1 de octubre por Mercados y Muestras, el presidente estaba al frente en la intención de votos con un 27%, mientras que Mesa era segundo con un 17%. En tercer lugar aparecían los sufragios nulos (16%).   

El expresidente ratificó su posición en la columna que se publica los domingos en la prensa. “Escribo estas líneas desde una convicción expresada infinidad de veces, la del ciudadano que ni es ni quiere ser candidato a la Presidencia de Bolivia”.

Sin embargo, colaboradores del entorno de Mesa explicaron que esa postura no implica que él no participará activamente en las próximas elecciones, ya que forma parte del denominado G-5, junto con Tuto Quiroga, Rubén Costas, Víctor Hugo Cárdenas y Samuel Doria Medina, que trabajan con la intención de conformar un bloque opositor para encarar los comicios de 2019.

El G-5 emitió un pronunciamiento el martes en rechazo al fallo del Tribunal Constitucional, por considerar que atentaba contra el sistema democrático.

El secretario general del Movimiento Demócrata Social, Vladimir Peña, saludó la decisión de Mesa y respaldó la propuesta de consolidar un bloque único para, según él, cambiar el país.

Para el analista político y exconstituyente Manfredo Bravo, la postura asumida por Mesa forma parte de una “estrategia inteligente” porque en el momento que se declare candidato se convertirá en el referente de la oposición que necesita el Gobierno para polarizar políticamente. 

Precisamente, a mediados de noviembre el presidente Morales arremetió contra un medio de comunicación por informar que Carlos Mesa se mantenía en el primer lugar entre los bolivianos con más seguidores en la red social Twitter; en segundo lugar figuraba el jefe de Estado.

Por su lado, desde el Gobierno recuerdan que la decisión de asumir o no una candidatura es personal. “Si él (Mesa) quiere participar o no de las próximas elecciones, es cuestión de él, está en todo su derecho de hacerlo. Así como también está en su derecho de opinar en favor o en contra del Tribunal Constitucional”, afirmó el viceministro de Autonomías, Hugo Siles.

La unidadDesde Tarija, el también expresidente de Bolivia Jaime Paz Zamora afirmó que no es momento de hablar de candidaturas y de hacerlo, según él, sería un error.

“Los tiempos han cambiado y hay que organizarse políticamente de una manera diferente y eficiente. Al Gobierno le gustaría que nos dividamos ahora buscando candidatos. Además, Mesa ya fue presidente y no cumplió con su periodo. Se le encomendó una tarea y no pudo cumplirla. ¿Acaso nos olvidamos de lo que hizo?”, disparó uno de los fundadores del desaparecido MIR.

Los consultados coinciden en que la movilización de jóvenes en Santa Cruz y en otras ciudades del país es una muestra de los cambios que se experimentan en Bolivia y en el mundo.

Un exdiputado, que prefirió que no se mencionara su nombre, dijo que en dos años pueden suceder muchas cosas en política. Algunos creen que Mesa no ha dicho su última palabra

Bravo ve que la movilización juvenil está captando cada vez más apoyo ciudadano, situación que muestra otra realidad.

El Deber / Lepoldo Vegas