El presidente del club Real América manifestó que se
defenderá en libertad en un juicio oral y anunció que presentará una querella
en contra del diputado Tomás Monasterio y uno de los jueces que dispuso su
detención
"Tengo las manos limpias, no soy ningún
narcotraficante", así lo afirmó Pablo Ramos quien se encuentra en libertad
por determinación de un juzgado desde el pasado 27 de diciembre del 2017, a la
espera de que se instale su juicio oral para defenderse por los delitos de
transporte de sustancias controladas y legitimación de ganancias ilícitas.
Ramos expresó sentirse amedrentado y con la imagen dañada
ante las calumnias lanzadas en su contra. Sostuvo que en el tiempo que estuvo
en la cárcel de Palmasola la Fiscalía no pudo establecer ni una prueba de que
transportaba droga, razón por la cual salió del recinto penitenciario.
"Nos veremos la cara con este fiscal durante el
juicio oral y tanto él como el diputado Tomás Monasterio tendrán que probar
todo lo que dijeron en mi contra, si no lo hacen, nosotros nos querellaremos
penalmente", advirtió.
Pablo Ramos reconoció que fue drogodependiente durante
muchos años pero que dejó de consumir las sustancias controladas 10 días antes
de su aprehensión en noviembre, por lo que tuvo que rehabilitarse a través de
un tratamiento con un psicólogo y de medicamentos.
Consultado si continuará con los negocios, anunció que su
empresa de catering SBI se presentará a la licitación del desayuno escolar en
el municipio de Warnes y Porongo y que seguirá trabajando con su club para
obtener el bicampeonato.
En contacto con EL DEBER, el diputado Tomás Monasterio
indicó causarle sorpresa la decisión de la justicia y no descartó que Ramos
fuese liberado gracias a la intervención del ministro de Gobierno Carlos
Romero.
"Con esta determinación vemos a una justicia
benevolente con sus amiguitos. Si Pablo quiere enjuiciarme que lo haga, me
tiene sin cuidado pero que primero se defienda por corrupción y narcotráfico.
No le tengo miedo a nadie", dijo el opositor.
El Deber / Diego Seas
