El Diablo que cree en Dios está en La Paz y anda suelto

FREDDY BARRAGÁN / PÁGINA SIETE. El boliviano Juanjo y el colombiano Caim Mortis, en una de las calles de La Paz.
Es uno de los invitados especiales de la primera
convención de arte corporal Ajayu Tattoo Bolivia, que se realizará el 19, 20 y
21 de mayo en el Real Plaza Hotel.
Apenas Caim Mortis, más conocido como El diablo colombiano, comienza a hablar, se muestra amable y
atento. "Soy una cara bonita. Pienso
que soy un poco más hermoso que los otros”, dice con una risa irónica.
"Dios ve lo de adentro y no lo de afuera”, añade.
El colombiano es
uno de los invitados especiales de
la primera convención de arte corporal Ajayu Tattoo Bolivia, que se
realizará el 19, 20 y 21 de mayo en el
Real Plaza Hotel (Av. Arce, 2177).
Para la primera
versión se seleccionaron a 120 artistas
de los nueve departamentos del país, como
Elvis Soss, Gimmy Tattuo (Cochabamba),
Jodido Diego, Rodrigo Jiménez, Wil Roman, Elvis Sosa y otros. La convención también tendrá
presencia internacional con 40 invitados especiales de países como Chile, Argentina
y México, entre otros.
Caim comenzó a modificar su cuerpo hace más de 12 años.
"Empecé con la primera generación de implantes de cuernos. Me hice casi 22
cirugías y llegué a tener los cuernos más grandes del mundo”, dice, mientras se
roba las miradas de los transeúntes de
las calles de la ciudad de La Paz.
El artista tiene
los ojos completamente tatuados de color negro y los dientes afilados para parecerse a
un vampiro. Además, se cortó las orejas y tiene el 70% de su cuerpo
tatuado.
"Practico el
arte de la dermopigmentación y las
modificaciones en el cuerpo con los implantes transdermales”,
explica.
Para Mortis, una
de las transformaciones que más dolor le ha causado fue la modificación de las orejas. "Me
las hice cortar y las he reducido de tamaño”,
cuenta. "Tengo una
estética corporal fuera de lo normal, pero eso no me hace mala persona. Soy normal, tengo
problemas, alegrías y tristezas”, asegura Caim, quien busca romper el concepto de belleza.
Para el colombiano, su cuerpo es como un lienzo. "El arte que práctico en mi cuerpo se
lo hacía en las civilizaciones antiguas desde tiempos ancestrales. Ahora
todavía existen algunas tribus que practican la modificación en sus cuerpos en
América Latina y Europa”, indica el artista. "Ellos introducen amuletos,
huesos o piedras en sus cuerpos”, dice.
¿Usted cree en
Dios? Sin pensarlo dos veces, Mortis responde: "Sí, claro. De hecho
estudié teología por tres años. Creo en Jesucristo”. "Creo en Jesús, en Buda y en
Mahoma, en todos creo, pero, ¿tú sabes cuál de esos dioses tiene la
razón? Pues a mí no me interesa quién tenga la razón porque en lo único que
creo es en lo que creían nuestros antepasados: en el agua, en el fuego, en la
tierra, en el sol, en la luna, en el aire. Eso es en lo que creo”, añade e
indica que siempre trata de no entrar en
conflicto con las creencias. "Yo respeto mucho la religión de mi prójimo”,
agrega.
Tajante, el
artista cree que sus
modificaciones no dañan a nadie. Para él lo más importante es conocer los
sentimientos de las personas. "A veces vemos personas vestidas con trajes elegantes que roban a las naciones y a personas
hermosas que maltratan a los animales, ellos son los monstruos, yo no, por eso
es importante ver más allá de las apariencias”,
concluye.
Página Siete / José Antonio Vásquez
El Diablo que cree en Dios está en La Paz y anda suelto
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