Con la nueva ley, divorciarse en Bolivia ahora es más fácil

Los divorcios en Chuquisaca aumentaron en 32 por ciento

En un año, los casos de divorcio en Chuquisaca se incrementaron en 32%. El juez de Familia, Gonzalo Zelaya, cree que la aplicación del nuevo Código de las Familias y del Proceso Familiar está incidiendo.

De acuerdo con los datos estadísticos del Tribunal Departamental de Justicia, los ocho juzgados de Familia que operan en Chuquisaca atendieron 1.226 procesos de divorcio en 2016, mientras que en la gestión 2015, sólo tramitaron 933, lo que representa un incremento del 32% de casos.

La Ley N° 603 del Código de las Familias y del Proceso Familiar se promulgó el 19 de noviembre de 2014, pero su aplicación efectiva corrió a partir de mediados de 2015.

Zelaya explicó que antes de la promulgación de la nueva Ley muchas parejas no podían divorciarse por lo caro y engorroso que era el proceso.

Recordó que hasta noviembre de 2014, los divorcios se tramitaban por la vía ordinaria. “Eran procesos muy complicados, con plazos largos y recursos que consideraban la apelación, incluso la casación ante el Tribunal Supremo de Justicia”, dijo.

Hasta ese entonces, un divorcio podía durar en promedio entre tres y cinco años, estimó al manifestar que en el proceso de divorcio ineludiblemente se tenía que considerar la guarda de los hijos menores, la asistencia familiar y bienes gananciales. “La discusión de los bienes gananciales era muy peliaguda”, sostuvo.

Otro de los aspectos que complicaba el proceso era la presentación de las pruebas como causas para la solicitud del divorcio. Explicó que la persona que se sentía afectada por violencia o adulterio, que en realidad era considerada una víctima, tenía que presentar pruebas de esos hechos, lo que dificultaba de gran manera el proceso.

LA NUEVA LEY

Ahora, con la nueva Ley N° 603, la norma es “expeditiva y sencilla”, dijo el Juez. “El proceso de divorcio es un proceso extraordinario, rápido: demanda, contestación y audiencia; en esa audiencia se resuelve el divorcio. No hay más plazo.”, apuntó. En promedio, un divorcio no podría tardar más de dos meses.

Para divorciarse, las causales se expresan en la voluntad de ambos cónyuges, por la voluntad de uno de ellos o por un acuerdo regulador, dice el artículo 205 del Código de las Familias. En la fundamentación se debe hacer constar que ya no existe un proyecto de vida en común de la pareja. “Si uno de ellos decide divorciarse no hay otra salida”, manifestó Zelaya.

Con relación a la guarda de hijos, bienes gananciales y asistencia familiar, son procesos que se pueden seguir por separado, “por otra cuerda” de forma paralela al divorcio o después del mismo.

Por ejemplo, la guarda de los hijos menores de edad se sigue en el juzgado de la Niñez y Adolescencia, pero también pueden conocer el caso los juzgados de Familia. Si las partes quieren, se pueden tratar los casos por cuerda separada, recalcó.

Este nuevo enfoque de la ley posibilita que los cónyuges o uno de ellos rompan el matrimonio de manera rápida y no estén sometidos a una larga espera, muchas veces, en medio de violencia y engaños, apuntó.

LAS RAZONES NO SE DISCUTEN

El Juez de Familia de la Capital enfatizó que las razones para el divorcio planteadas por las partes o por una de ellas “no se discuten en juicio”. No hay necesidad de presentación de pruebas menos testigos. “Se respeta la decisión de la pareja o de uno de ellos”, manifestó.

Incluso, si la pareja está de acuerdo con divorciarse puede presentar un documento firmado por ambos ante un Juzgado de Familia, de donde por procedimiento se traslada el mismo a la parte contraria para que se pronuncie con otro documento de consentimiento; cumplido este requisito, el juez dicta sentencia y ya no es necesario siquiera convocar a audiencia.

Recordó que por norma, el juez está prohibido de invocar a la pareja para que reflexione y analice una posibilidad de reconciliación. Todo se desarrolla sobre la base de la voluntad de las partes o una de ellas.

Correo del Sur / Luis Alberto Guevara